Un ejemplo a seguir?

 
 
   

Por Ana Maria GT
Mayo 11, 2011

Ahora que esta de moda el tema de la beatificación y santidad del Papa, considerándolo infalible, yo me pregunto….
Es Juan Pablo segundo un verdadero ejemplo a seguir? Yo no conozco el corazón de Juan Pablo, el corazón solamente Dios lo conoce, y yo no me atrevería a hablar de él, ni decir en donde esta ahora, tampoco es mi intención discutir, pero si de compartir algunas cosas que Dios dice respecto a la conducta del Papa. Aunque la iglesia católica, por medio de su libro del Catecismo lo declare Vicario (substituto) de Cristo, Guía Espiritual, Pastor y Maestro, o el mismo también lo declare asi… Dios en las Escrituras, dice otra cosa:

Catecismo:
«El Pontífice Romano, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad» (p. 260, #882).
«El Romano Pontífice… como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles…» (p. 262, #891).

La Palabra de Dios nos dice que Jesús y el Espiritu Santo son nuestro guía:

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.
También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.
Juan 10:14

Y Jesús nos dijo que cuando se fuera, enviaría al Consolador (Espiritu Santo) para que nos enseñara y guiara a toda la Verdad, y estaría con nosotros Siempre.

«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho».
Juan 14:26

«Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad».
Juan 16:13

«Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre». Juan 14:16

“Pero vosotros no dejeis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llameis a nadie padre vuestro (espiritual) en la tierra, porque UNO es vuestro Padre, el que esta en los cielos. Ni dejeis que os llamen preceptores; porque uno es vuestro Preceptor, Cristo». Mateo 23:8-10

Dios nos deja muy claro que ES Jesús y El Espiritu Santo quienes nos guiarán a la Verdad de la Palabra de Dios, solamente Cristo es nuestro Pastor, Padre (espiritual), Maestro y Preceptor; y no algun hombre, que además se hace llamar vicario de Cristo, queriendo tomar el lugar que solamente a Dios (Padre, Jesus y Espiritu Santo), les corresponde.

Otro dogma de fe, como tradición de hombres, que también contradice la Palabra de Dios es la infalibilidad del Papa.

Pero que dicen las Escrituras:

«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios».
Romanos 3:23

«Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.»
Romanos 3:10

Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad.
Si dijéremos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
1 Juan 1:8-10

No hay tal infalibilidad del Papa, y tan es así que podemos comprobar el error o fallo garrafal, que cometió al no denunciar la cantidad de sacerdotes cometiendo pederastía, inmoralidad sexual contra niños inocentes. El Papa, sabiendo que Maciel, líder religioso de los supuestos «Legionarios de Cristo», y muchos otros, cometían y promovían inmoralidades sexuales de todo tipo, no solamente no los detuvo, sino que lo ocultó.

El Papa, teniendo el poder y la autoridad en esa institución, y diciéndose cristiano, cubrió a tantos hombres pederastas, que abusaban de niños inocentes. Ocultó algo que finalmente salió a la luz, porque Dios no tiene nada que ver con lo oculto, EL es LUZ, y en EL no hay obscuridad. Dios dice que todo el pecado no confesado saldrá a la Luz, y Dios finalmente sacó a la luz todo ese pecado oculto y no arrepentido cubierto por años.

Como puede ser que un hombre, líder religioso, supuestamente fortalecido en Dios, no tuvo el valor suficiente para hablar con la verdad y rescatar a muchos niños inocentes siendo abusados por los líderes o sacerdotes de esa institución. El puesto de Papa en la institución religiosa católica, es un puesto de mucho poder, pero también de mucha responsabilidad. Y no puede ser posible que el Papa haya encubierto a cientos de sacerdotes practicando el pecado de inmoralidad sexual, sobre todo cuando tantos y tantos niños estaban siendo abusados, física, emocional y espiritualmente.
Pero Jesús les habla fuerte a este tipo de personas.

Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mi, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del mar. Mateo 18:6

Si el Papa, realmente fuera el vicario o substituto de Cristo aquí en la tierra, hubiera hecho lo que hizo Jesús (y ahora hace el Espiritu Santo en los creyentes): confrontarlos con su pecado…. quizá también decirles, “Ni yo te condeno, pero VE y NO PEQUES MAS”. Y en vez de confrontarlos con su pecado, prefirió mantenerlo oculto para no dañar la reputación de la institución, a cambio de dañar cientos de almas inocentes. Jesús confrontó a los fariseos religiosos, una y otra vez llamándolos “Hipócritas, camada de víboras, sepulcros blanqueados!!!”, al ver como abusaban del poder religioso. Y Juan Pablo, que hizo? Actuó como Cristo? No, actuó como un simple temeroso e ignorante fariseo religioso encubriendo y siendo cómplice de los que estaban bajo su autoridad. Que triste!!!

El Papa, no solamente cubrió el pecado de cientos de sacerdotes, sino que además cometió adulterio espiritual (haciendose dioses de piedra y de leño), del cual hablaremos en otro mensaje.
Por lo pronto, puedes ir avanzando en lo que Dios le dijo a Jeremías (en cap. 3:6-9) sobre este tema, lo puedes leer en tu Biblia, (la que Dios se aseguró que tuvieras para que conocieras la Verdad).

Dios te bendiga, y traiga una Revelación de toda La Verdad a tu vida, y que en el nombre de Jesús, no la rechaces sino que lo recibas, y tengas el privilegio de llegar a ser hijo de Dios.

Jesus le dijo:
“Yo Soy el Camino, La Verdad y La Vida; NADIE viene al Padre sino por mi.” Juan 14:6

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4 respuestas a Un ejemplo a seguir?

  1. Nicolás dijo:

    Voy a decir tres cosas bien concretas.

    1-.
    Estoy plenamente de acuerdo con los textos bíblicos que ha puesto como ejemplo. Pero ¿en qué contradicen al Sumo Pontífice? De verdad, no lo veo… En los hechos de los apóstoles hay suscesión apostólica, tenemos casos en que se ordenan a nuevos Presbíteros y nuevos Obispos. El Espíritu Santo, que había sido dado antes a los doce del Colegio Apostólico, luego fue dado al resto de los Diáconos, Sacerdotes y Obispos para que la Iglesia nacimiento tuviera continuidad y autoridad. Decir lo contrario es negar la Biblia. Si Cristo hubiese pensado que ya tenía todo hecho con enviar al Espíritu Santo, ¿por qué decide manifestarse ante Pablo o permitir que sus Apóstoles sigan llamando nuevos Apóstoles para extender su Iglesia? ¿No bastaba sencillamente con dar el Bautismo y el Espíritu y una copia de las Escrituras del Tanaj y allá tú?
    No, Jesucristo es el pastor y no abandonará a sus ovejas. Leamos la Biblia como corresponde:
    ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN EL APÓSTOL SAN JUAN

    15 Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». El le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos».

    16 Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». El le respondió: «Sí, Señor, saber que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas».

    17 Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.

    18 Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras».

    19 De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».

    20 Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?».

    21 Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: «Señor, ¿y qué será de este?».

    22 Jesús le respondió: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué importa? Tú sígueme».

    23 Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «El no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?».

    24 Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.

    25 Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían.

    Vamos a ver, apliquémonos a hacer un pequeño estudio. Es evidente que el diálogo que sostienen Jesús y Pedro es necesario para que Pedro se libere del pecado de haberlo negado públicamente en tres ocasiones. Jesús lo hace por amor, y Pedro se siente triste por haber renegado de Él. Pero antes cada vez que Pedro se confirma en el amor, Jesús le hace una encomienda, un mandato. Pastorea mis ovejas, apacienta mi rebaño. ¿Quién pastorea, quién apacienta, quién conduce el rebaño? El pastor visible que queda cuando Jesús asciende a los Cielos. Si Jesús ya había prometido el Espíritu… ¿para qué dejar a Pedro? No reza acaso la Escritura:
    Así dice el Señor a Sebná, mayordomo de palacio:
    «Te echaré de tu puesto y te destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo de Elcías; le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, y le traspasaré tus poderes.
    Será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave del palacio de David sobre su hombro.
    Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un trono de gloria para la casa de su padre.
    Isaías 22, 19-23.

    Lo dejo allí. Baste reseñar que el final de San Juan es increíble. Muchas otras cosas hizo Jesús, y si se pusieran todas por escrito la Tierra no podría sostener los libros.

    2-.
    Ahora bien. Los textos que pusiste después son acertados, pero del todo forzados. ¿Quién ha dicho que el Papa no sea pecador? ¿Quién ha dicho que el Papa haya nacido sin pecado? ¿Quién ha dicho que el Papa haya proclamado alguna vez «Yo no tengo pecado alguno»? Si el Papa se confesó públicamente con el Sacerdote mendigo, reconociendo que era tan pecador como lo fue Pedro, como lo fue Pablo aún después de su conversión… ¿Estamos tontos? La infalibilidad papal no aplica a todos los soberanos aspectos de una vida, señora. El Papa sólo es infalible al promulgar un dogma de fe o hacer una declaración contundente y muy pesada sobre un tema de fe del que se ha meditado mucho. Naturaleza Divina y humana de Cristo, por ejemplo, un dogma de fe que fue promulgado por el Papa hace muchos siglos y que es infalible.

    3-.
    Señora, por favor…
    ¿No se da cuenta de que el Papa sabía todo lo que ocurría pero rezaba por esos niños aunque no hubiese hecho nada?

    Y bueno. Quiero retarla a un duelo singular, si me lo permite. Dígame usted a mí cómo sabe que la Biblia es Palabra de Dios. ¿Cómo sabe que ese libro que usted ama tanto es la verdadera Palabra de Dios?

    Ahí queda.

    • Ani dijo:

      Asi es Nicolas, como lo comenta en el punto 1.- Asi como a Pedro, Dios nos ha llamado a apacentar sus ovejas, ser pacificadores (Mt 5:9); siempre hablando con la verdad. 2.- La fe existe gracias a la persona de Jesus, el es el Autor (Hebreos 12:2), y ya no se requiere que ningún otro hombre venga a promulgar mas «dogmas» de fe, y menos cuando contradicen la Palabra de Dios (Marcos 7:7-8) 3.- Y SI, la Biblia es la Palabra de Dios, dando testimonio en la Persona Viva de Jesucristo. Como lo sé? Porque he sido sellada con el Espiritu Santo, por la gracia de Dios y sin merecerlo; Dios Padre ha hecho morar en mi el Espiritu Santo que me guía a toda la Verdad de Su Palabra. Además es por medio de quien yo puedo hablar con Dios y llamarlo Padre, Papá. El Espiritu Santo es quien da testimonio de que la Biblia es la Verdad, La Palabra de Dios, Jesus mismo hecho carne. Que mas evidencia que esa podemos pedir? Bendiciones.

      • Nicolás dijo:

        1-.
        Extrapolemos conceptos, pues. Dígame, ¿si usted puede ponerse tanto en el lugar de Pedro, en cada uno de los pasajes bíblicos en los que aparece, por qué no puede ponerse en el lugar del discípulo amado al pie de la cruz en Juan diecinueve? Digo yo… ¿Qué es lo que la hace disernir para ponerse en la piel de un personaje bíblico sí y otro no? Teniendo en cuenta, encima, que el discípulo amado casi que está ahí como una incógnita, sabiendo que podemos ponernos en su lugar tanto como lo hacemos como con Pedro, que el calificativo de discípulo amado queda abierto a todos los discípulos que aman al Maestro…
        2-.
        Entonces ¿para qué envió al Espíritu Santo cuando ya estaba con el Padre? Porque Jesús dijo, que el Paráclito iba a recordarles todo lo que les había dicho y enseñarles lo que aún no les había dicho. Si usted dice que Jesús dejó todo cerrado antes de partir definitivamente a la Casa del Padre… ¿para qué diría que el Espíritu Santo iba a hacer eso? Sólo lo necesitarían para infundirles valor y sabiduría ante los hombres, nada más…
        3-.
        Vamos a lo sencillo. ¿Cómo sabe que ha sido sellada por el Espíritu Santo? Quiero decir, ¿cómo sabe que el Espíritu Santo ha hecho morada en usted?

        Le daré tres dogmas, dígame cuál contradice la Palabra de Dios.

        El dogma de la Santísima Trinidad.
        El dogma de la Eucaristía.
        El dogma del Purgatorio.

        ¡Jesús, en vos confío!
        Si acaso, oh Señor mío y Dios mío, sólo una brisna de hierba atentare contra vuestra sublime Majestad y Excelencia, si algo osare rebajaros un ápice del lugar en que Dios Padre os ha exaltado, entonces dadme el valor para esgrimir mis armas en la cruenta batalla. Recordadme todo el tiempo vuestra cruz dolorosa por la que habéis triunfado victorioso sobre las fuerzas del enemigo, y vuestra cruz será mi espada y mi aliento. Conceded que vuestras Palabras estén siempre en mis labios, permitid que mis fuerzas estén puestas en la oración; y la oración y tu Palabra serán mi escudo. Infundid en mí vuestro Santo Espíritu, y este será para vuestro servidor la armadura de la fe. Dadme por vuestra Misericordia inmensa el poder permanecer en vos, no me neguéis el poder sentir vuestro Corazón Eucarístico tomando poseción de mi corazón pobre y frágil, y esto será para mí en la batalla el pan, el agua, la vida y la alegría. Así podré dar hasta mi último suspiro por vos, entregar mi hálito final de vida, luchando por vos y por el Reino de los Cielos. Os lo ruego, oh Jesús, en la Gloria del Padre y con el Espíritu Santo.
        Amén.

        • Ani dijo:

          Para ver el Reino de Dios, se necesita recibir el bautismo de arrepentimiento y Nacer de Nuevo, del Espíritu de Dios. Y entonces podemos discernir lo que Dios dice y las doctrinas o «dogmas» de hombres dicen.

          Al leer la Biblia, no se trata de ponernos en el lugar de los discípulos. Se trata de conocer el corazón de Jesús y comprender como El les habla a sus discípulos y a los que estan afuera del Reino. Se trata de aprender de los errores que cometian los demás, para no volverlos a cometer. Yo no me pongo por completo en el lugar de Pedro, aunque me identifico con ciertas características de él, asi como algunas otras de Pablo, Tomás y Judas (entre otros).
          La Biblia nos ayuda a comprender como es que Jesus nos habla a sus discípulos. También admito que me gustaría igual que Juan, ser su discípula amada y recostarme en el pecho de Mi Señor Jesus.

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