Hoy solamente quiero compartir un pequeño mensaje de la forma en que la Biblia revela a Dios como un Dios de amor, pero también como un Dios de ira o enojo.
Por lo general, cuando hablamos de Dios, nos encanta hablar de su gracia, de su misericordia y de la esperanza que podemos tener en Él. Una y otra vez reconocemos la misericordia que ha tenido para con nosotros, y que de verdad, no nos da, de acuerdo a lo que merecemos; gracias Señor.
Es por su amor y por su gracia que nos ha llamado del mundo de las tinieblas a su luz admirable, y por esta razón estamos más que agradecidos con Él, vemos su bondad tan grande y esto hace que se nos olvide que también se enoja.
Hoy me gustaría que meditemos en este pasaje:
18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad.
Romanos 1:18
Este pasaje nos debe hacer reflexionar, para darnos cuenta si de verdad valoramos su amor, bondad y misericordia y estamos agradecidos con Él, buscando agradar lo en todo; o, si mas bien, estamos decidiendo pisotear su gracia, siendo injustos y rebeldes desobedeciendo su voluntad y restringiendo la verdad.
Piensa en todo lo bueno que Dios ha sido contigo, y piensa en la familia que te ha dado. ¿Por qué prefieres defraudar a Dios para quedar bien con tus amistades? Tus amigos, o los que se dicen tus amigos, jamás te amarán como te ama Dios y tu familia.
Escucha esto: tus papás quieren lo mejor para tí.
Y si tus padres han sido pacientes y misericordiosos contigo (dándote lo que no mereces), no pisotees esa bondad; porque si tus padres no te disciplinan, Dios si lo hará.
Deja de lado esos vanos razonamientos y auto justificaciones, y no permitas que tu necedad entenebrezca tu corazón, apartándote de quienes más te aman.
¿Amas a Dios? Entonces guarda sus mandamientos, cuida tu cuerpo, que es El Templo del Espíritu Santo, es en dónde Dios quiere hacer morada.
Al obedecer sus mandamientos le estarás demostrando que lo amas; y Dios Padre te amará, y Jesús se manifestará y te dará una vida en abundancia.
Es cierto que El amor de Dios para con nosotros permanece para siempre, pero debemos también reconocer su santidad y justicia. Y eso quiere decir, que ni está de acuerdo con el pecado y la maldad en el hombre, ni lo pasará por alto; y no nos debe sorprender que esto le provoque indignación y enojo.
Vemos como la humanidad ha perdido el Temor a Dios con la bandera de que Dios es amor, y creen que pueden vivir a su manera deshonrando lo, porque piensan que Él jamás se enojará; pero no es así.
El pecado nos separa de Dios, en cambio, Él muestra su misericordia para los que se arrepienten y abandonan su pecado; bendice hasta mil generaciones de quienes lo aman.
Pero también, castiga hasta la tercera y cuarta generación de los que lo aborrecen y que andan en maldad y rebeldía.
En resumen: Dios es amor, y nos ama incondicionalmente, nos da mas de lo que merecemos; pero eso no quiere decir que permitirá que pisoteemos su gracia. Si es necesario, nos disciplinará y esto nos ocasionará tristeza.
Dios, en nombre de Jesús, te bendiga y cumpla el propósito tan grande que tiene para tu vida. ¿Lo amas? Guarda su Palabra y sus mandamientos con la ayuda del Espíritu Santo, y Jesús se manifestará a tu vida con poder, y reconocerás que solo Él basta.