En este mensaje leemos cómo la Biblia nos llama a arrepentirnos de toda práctica que ofenda a Dios, incluyendo la homosexualidad, que se quiere diluir llamando a quienes la practican como «gays». Dios nos invita a recibir Su gracia transformadora. Basándonos en las Escrituras, recordamos que todos somos pecadores y necesitamos el perdón de Jesús. Pero también aprendemos que quienes se llaman hermanos en Cristo deben abandonar el pecado y buscar vivir en santidad. Dios no llama a una vida de libertad de toda atadura de pecado y nos da un propósito eterno.
Sí, la Palabra de Dios nos recuerda que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Nadie es justo por sí mismo, «no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno» (Romanos 3:10-12). Sin embargo, el mensaje de Jesús no es de condenación, sino de salvación y transformación.
La mayoría de los cristianos conocemos el pasaje en donde los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, Jesús no la condenó, sino que le dijo:
«Ni yo te condeno; vete y desde ahora no peques más»
Juan 8:11.
Este llamado es claro: Jesús nos ofrece perdón, pero también nos llama a abandonar el pecado. Es importante señalar el pasaje completo, ya que muchos se quedan en que Jesús no nos condena, como si eso fuera un permiso para seguir pecando sin consecuencias.
La homosexualidad, al igual que cualquier otro pecado, es una práctica que nos separa de Dios. En la carta a los Corintios, Pablo guiado por el Espíritu Santo nos advierte:
«¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se engañen; ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales… heredarán el reino de Dios«.
1 Corintios 6:9-10
Este pasaje no está escrito para condenar, sino para advertirnos y llevarnos al arrepentimiento. Dios sigue tocando a la puerta de nuestro corazón porque quiere tener comunión con nosotros.
Jesús, que ES AMOR, también enseñó que el juicio de Dios será más severo para quienes conocen la verdad y deciden ignorarla.
«Aquel siervo que sabía la voluntad de su señor y no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que no sabía y cometió acciones dignas de castigo, recibirá pocos azotes».
Lucas 12:47-48
Esto subraya la seriedad de vivir en obediencia una vez que conocemos la verdad. Y ahora, si estás leyendo este mensaje, la conoces. No es casualidad que Dios te guía a Su Palabra.
En la Carta a los Romanos 1:32, Pablo declara que los que practican tales cosas y los que las aprueban son dignos de muerte. Pero la muerte a la que se refiere es una separación eterna de Dios. Una vez más, el deseo de Dios no es condenar, sino salvarnos. Por eso nos llama al arrepentimiento, porque
«el Señor no retarda su promesa… no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento«.
2 Pedro 3:9
Dios tiene planes mejores para nosotros. Él lo declara:
«Porque yo sé los planes que tengo para ustedes—declara el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza».
Jeremías 29:11
Cuando abandonamos el pecado, con la ayuda del Espíritu Santo y seguimos Su camino, encontramos libertad, gozo y propósito eterno. La Voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta; Él no quiere que sigamos muertos en nuestros pecados; Jesús ha venido a darnos vida y vida en abundancia!
Si estás luchando con este pecado de homosexualidad, o conoces a alguien que lo practica, recuerda que la gracia de Jesús es suficiente. Él no condena, pero sí nos llama a abandonar el pecado y caminar en santidad. Hoy es el día para entregarle tu vida o volver a ponerte a cuentas con Él, pedirle perdón y permitir que Él transforme tu corazón. Jesús te ama demasiado para dejarte morir en el pecado; Él quiere darte una nueva vida.
Por favor, no rechaces Su amor ni Su llamado. Él espera con los brazos abiertos, como el padre a si hijo pródigo, para darte la paz y el gozo que solo Él puede ofrecer.
Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T