En el mensaje pasado, vimos que Estamos en Guerra contra un adversario, el diablo, y que su principal propósito es venir a destruir nuestra vida y familia.
También comprendimos la necesidad urgente de recibir a Jesucristo como Señor, porque Él es el medio por el cual Dios nos da la victoria, y así podamos declarar con toda confianza que Mayor es el que está en nosotros: Su Espíritu, que el que está en el mundo viendo a quién devorar.
Es una realidad que tenemos una lucha contra el enemigo que se llama Satanás.
Pero también, debemos comprender que internamente también estamos librando una batalla. Es una lucha diaria entre nuestra carne, lo que algunos le llaman ego, y nuestro espíritu (lo que nos conecta con Dios).
Es importante que comprendamos esto, ya que la Biblia dice que:
8 Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar.
1 Pedro 5:8
Y cuando andamos en la carne, estamos siendo presa fácil para el diablo, que cómo león rugiente, anda buscando carne para devorar.
En el libro de Gálatas, podemos ver claramente, cuales son las obras de la carne y cuales son las obras del espíritu, las cuales están en conflicto:
16 Digo, pues: anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que ustedes no pueden hacer lo que deseen. 18 Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la Ley.
19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, 21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
22 Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley. 24 Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Gálatas 5:16-25
Una vez que podemos diferenciar lo que procede de la carne y lo que procede del espíritu, podremos estar más concientes de la necesidad que tenemos de alimentarnos diariamente con la Palabra de Dios, y así, poder fortalecernos en Él y dar el fruto del Espíritu Santo.
Es la manera que podemos comprender que Jesucristo, Su Palabra, ha venido a darnos vida y vida en abundancia: una vida en amor, gozo, paz y todo el fruto del Espíritu Santo.
Dios te bendiga…, y no olvides alimentarte diariamente de la Palabra de Dios, mantente apegado a la Vid Verdadera, al tronco, Quién será la savia o el alimento que te permitirá producir el fruto que por nosotros mismos, jamás podremos dar.
5 Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
Juan 5:15
Mayor es el que mora en mi, que el que anda en el mundo!…DTBSA Any