Encontrarse con el Dios Verdadero

 
 
   

Salmos 100:3

Hoy quiero compartir un mensaje, en especial para aquellos que creen en la reencarnación, en la idea de que somos almas que eligen en qué cuerpo y familia nacer. Es un tema que muchas veces se aborda desde diferentes perspectivas y creencias, pero quiero invitarles a considerar la verdad revelada en la Palabra de Dios, la Biblia.

En primer lugar, la Biblia nos enseña que hay un solo Dios verdadero, el Dios de la Biblia. Él se ha revelado a nosotros a través de Su Hijo, Jesucristo. Jesús mismo dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí» (Juan 14:6). No hay otro camino hacia Dios, solo a través de Jesús podemos conocer al Padre y tener una relación con Él.

Dios nos creó a cada uno de nosotros con talentos y dones para un propósito especial.

«Reconoced que el Señor es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado».
Salmo 100:3

Somos creación de Dios, diseñados por Él con amor y cuidado. Cada uno de nosotros tiene un propósito divino que solo Dios nos puede revelar, precisamente porque Él nos creo.

La Biblia también nos enseña que tenemos una sola vida en esta tierra. Hebreos 9:27 nos dice: «Y así como está decretado que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio». No hay múltiples vidas ni reencarnaciones. Dios nos ha dado esta vida para que lo busquemos y lo conozcamos, y después de nuestra muerte, enfrentaremos el juicio final.
Esto es independientemente que lo creamos o no, Dios lo ha dejado en Su Testamento y además, Él ha provisto la manera en que tengamos uno en casa.

El Espíritu Santo es quien nos guía a toda verdad. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para estar con nosotros y guiarnos: «Pero cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, os guiará a toda la verdad» (Juan 16:13). Es a través del Espíritu Santo que podemos entender la Palabra de Dios y vivir de acuerdo a Su voluntad. Quienes no han recibido al Espíritu Santo de Dios, siguen viviendo fuera de la Verdad, confundidos, pero sin saberlo.

«Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!»
Lucas 11:13

El primer paso es reconocer que estamos separados de Dios, ser humilde de espíritu, es decir, reconocer que necesitamos a Dios en nuestra vida, y que apartados de Él, nada bueno podemos hacer. Quizá el primer paso es reconocer nuestra incredulidad.

Nuevamente lo repito, es de suma importancia que pongamos cualquier otro libro o creencia a la luz de la Palabra de Dios, y no al revés.  Cada vez que menciono algo de la Biblia, me topo a personas decir, si pero en este otro libro xyz dice, tal o cual cosas, que son CONTRARIOS a la Palabra de Dios. La Biblia es nuestra guía suprema y la verdad final.

«Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra».
2 Timoteo 3:16-17

No debemos reinterpretar la Biblia según otros escritos o filosofías, sino examinar todo a la luz de la Escritura.

Lo que mas deseo, sobre todo, si llegaste a este Blog,  es que cada  puedas encontrarte con el Dios verdadero, el Dios de la Biblia. Que puedas experimentar Su amor y recibir la guía del Espíritu Santo. Jesús está llamando a la puerta de tu corazón: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo» (Apocalipsis 3:20). Abre tu corazón a Jesús y permite que Él transforme tu vida con Su verdad y amor.

El primer paso es reconocer que no lo conocemos, y buscarlo a través de leer y meditar en Su Palabra, la Biblia. Dios sigue buscando tener una relación personal con cada uno de quienes ha creado.  Dices creer en Dios…

Así de claro nos lo pone Jesús:
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en Mí.
Juan 14:1

Y si crees que requieres de algún tipo de terapia por problemas de cualquier tipo, hoy te quiero decir que Jesús ha sanado, sana y sanará cualquier tipo de dolencia.

«Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.»
Hebreos 13:8

Y como Jesús es el mismo, ayer, hoy y siempre, y está VIVO, (resucitó al tercer día), sabemos que los mismos milagros de sanidad que hizo antes, los sigue haciendo hoy para todos los que van a sus pies.

«Y se le acercaron grandes multitudes, trayendo consigo a cojos, ciegos, mudos, tullidos y a muchos otros, y los pusieron a sus pies; y Él los sanó.»
Mateo 15:30

Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T

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