La importancia de cuidar nuestra salvación con temor y temblor no puede ser subestimada. En Filipenses 2:12, Dios nos exhorta a «ocuparos en vuestra salvación con temor y temblor.» Es fácil apartarnos del Señor si no estamos atentos a las trampas del enemigo y a los engaños que nos rodean.
En estos tiempos de tanta confusión, estamos rodeados de engaños y falsedades que intentan apartarnos de la verdad y la voluntad de Dios. Es necesario recordar la importancia de congregarnos como cuerpo de Cristo y permanecer firmes en la fe.
La Biblia nos advierte sobre el peligro de alejarnos de la comunidad de creyentes. En Hebreos 10:25 se nos dice: «no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca.» La iglesia es un lugar donde encontramos apoyo, enseñanza, y donde juntos fortalecemos nuestra fe. En un mismo Espíritu alabamos y adoramos a Dios, y Él se hace presente tocando nuestros corazones.
Además, la Palabra de Dios nos advierte que aún los cristianos pueden ser engañados si no permanecemos alertas a lo que sucede a nuestro alrededor. Jesús mismo nos advirtió sobre falsos profetas en Mateo 7:15: «Cuidaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.» Estos individuos pueden parecer justos y buenos, pero sus acciones y frutos revelan su verdadera naturaleza.
Un ejemplo claro de esto, lo encontramos en la historia de Judas Iscariote. En Juan 12:4-6, Judas sugiere vender un costoso perfume para supuestamente ayudar a los pobres, pero en realidad, Juan nos dice que esto lo dijo «no porque se preocupara por los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.» Esta traición de confianza llevó a Judas a traicionar a su amigo Jesús por treinta monedas de plata (Mateo 26:14-16).
Este pasaje bíblico en donde vemos la traición, nos recuerda que incluso aquellos que se presentan como defensores de la justicia pueden estar motivados por intereses egoístas y corruptos. Al comparar esta historia con eventos actuales, vemos cómo la misma forma de actuar, puede repetirse en la política y el liderazgo actual.
Por ejemplo, el llamado a vender el avión presidencial en nombre de ayudar a los menos privilegiados, aunque suene a una noble causa, podría ocultar motivaciones muy cuestionables. Así como Judas aparentaba preocuparse por los pobres mientras en realidad buscaba beneficio personal, debemos estar atentos a las verdaderas intenciones detrás de las acciones de quienes ostentan el poder y la autoridad.
En tiempos de confusión y engaño, es fundamental que nos aferremos a los principios de la verdad y la justicia, y que no nos dejemos llevar por las apariencias o las promesas vacías, palabras y palabras y más palabras en cada mañanera, promesas que claramente saben que son imposibles de cumplir: acabar con la corrupción, mega farmacia en donde nunca faltará los medicamentos, el mejor aeropuerto del mundo, etc. Engañan y mienten con una facilidad, demostrando de quienes son hijos.
«Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.» Juan 8:44
Recordemos el llamado de Jesús a discernir los frutos, a fin de identificar a aquellos que verdaderamente actúan conforme a la voluntad de Dios.
Recordemos que nuestro llamado es a buscar la verdad y mantenernos firmes en ella. En 1 Juan 4:1 se nos invita a probar los espíritus: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido al mundo.» Es crucial examinar las palabras no cumplidas, engaños al fin, y las acciones de aquellos que defendemos a la luz de la Escritura.
En Proverbios 27:17 también podemos leer: «El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.» Necesitamos de la comunión con otros creyentes para crecer y permanecer firmes en nuestra fe. No escondernos de ellos para no recibir exhortación, sobre todo cuando sabemos que ya no andamos bien, cuando empezamos a darnos cuenta que, en vez de escuchar y reconocer, solo buscamos auto justificar lo que hacemos.
Que el Señor nos guíe y nos dé discernimiento para reconocer la verdad y alejarnos de todo engaño. Recordemos la importancia de congregarnos, de buscar la verdad en Cristo y de apoyarnos mutuamente en estos tiempos difíciles.
Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T