
Lucas 11:13
La Biblia es un tesoro espiritual que solo puede ser comprendido con la ayuda del Espíritu Santo.
«Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?».
Luca 11:13
Es a través de este Espíritu que podemos discernir la verdad contenida en las Escrituras.
«Pero el hombre natural no acepta las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no las puede entender, porque se disciernen espiritualmente.»
1 Corintios 2:14
El príncipe de este mundo, el diablo, busca engañarnos y alejarnos de la verdad, es su principal propósito. Pero Jesús nos ofrece un camino claro: Él es el único mediador entre Dios y los hombres, el camino, la verdad y la vida. Nadie puede venir al Padre sino por Él.
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí.»
Juan 14:6
Dios, nuestro Padre Dios todopoderoso y creador de todo cuanto existe, envió a su Hijo Jesús para que, a través de su sacrificio en la cruz, podamos tener una relación restaurada con Él.
«Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.»
Romanos 5:1
Y el Espíritu Santo, es Quien nos guía a toda la Verdad de la Palabra de Dios, a la Biblia.
Él, que habita en nosotros, nos guía en esta comunión y adoración en espíritu y verdad.
«Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad.»
Juan 4:24
Jesús nos ha hablado todas estas cosas para que sepamos que tenemos vida eterna. Cuando creemos en Jesús… la Palabra (Jesús ES la Palabra de Dios hecha carne/persona) y Su propósito, Dios, El Espíritu Santo, nos dará una gran revelación.
«Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.»
1 Juan 5:13
Dios quiere que SEPAMOS como es que podemos tener la vida eterna, es por su gracia y por su gran amor. Y no es por obras, para que nadie se gloríe.
«Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.»
Efesios 2:8-9
Así como un padre deja un testamento a sus hijos, Dios nos ha dejado su Palabra, en el Nuevo y Antiguo Testamento, asegurándonos de todas las promesas de su riqueza en gloria.
«Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.»
Filipenses 4:19
Al recibir a Jesús, pasamos de ser criaturas de Dios a ser sus hijos, y en esa relación encontramos la plenitud de su amor y verdad y la herencia de Vida Eterna.
«Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en Su nombre.»
Juan 1:12
Por eso, la invitación de Dios es clara: si lo buscamos de todo corazón, Él se dejará encontrar. Este mensaje nos anima a buscar a Dios cerrando con estas palabras:
«Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo vuestro corazón.»
Jeremías 29:13
Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T