Por Ani Garza T
Mayo 30, 2013
Estoy sorprendida de cada vez, saber de más casos de conocidos, que creciendo en una familia con principios y valores deciden iniciar una vida de fornicación. Estas personas le llaman amor, amor libre. Creen que por “enamorarse” ya se pueden demostrar su amor decidiendo irse a vivir juntos.
Es triste ver como los jóvenes, y algunos adultos, deciden echar a perder su vida tomando la decisión de vivir en “pareja”, en vez de en matrimonio, comprometidos hasta que la muerte los separe y en la bendición de Dios. Deshonran su vida, la de su pareja y la de sus padres. No les interesa formalizar su relación mediante el pacto del matrimonio, un pacto dónde hay derramamiento de sangre (al romperse el himen), sino que solamente les interesa satisfacer los deseos egoístas de la carne, sin darse cuenta de la maldición que acarrean a sus vidas y futuras generaciones.