Hay muchas razones por las cuales no podemos escuchar la voz de Dios. Pero la principal razón, es porque: nos hemos rehusado a ser oveja del Pastor o simplemente, porque El Señor aún no nos ha llamado.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen.
Juan 10:27
Algunos maestros de la nueva era, enseñan que para escuchar a Dios, hay que ir dentro de nosotros mismos, sugiriendo que nos sentemos de cierta manera, que nos concentremos en la respiración y que nos “imaginemos” entrar en el alma para que de ahí Dios nos hable.
Pero hasta hoy, yo no he encontrado ningún pasaje en la Biblia que sugiera lo anterior.