Por Ana Maria GT
Agosto 30, 2011
Dios sigue diciendo que el corazón del hombre es engañoso y perverso (Jeremias 17:9). Podemos pensar que el corazón es bueno, y que la vida difícil que le toca vivir a algunos, va corrompiendo a la persona, pero no es así. Desde que nacemos tendemos al pecado, a la maldad, al egoísmo, avaricia y orgullo, y lo podemos comprobar una y otra vez en el daño que nos hacemos aún en las mismas familias, a quienes decimos y nos dicen amar. Vemos lo que ahora sucede en nuestra ciudad y nos espantamos de las atrocidades que los seres humanos somos capaces de cometer. De donde sale tanta maldad? Son las circunstancias externas las que contaminan al hombre?
18Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre.
19Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.
20Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre. Mateo 15:18-20
Es del corazón del hombre de donde proviene la maldad, y no de las circunstancias externas. Este mundo yace bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19), y su propósito es venir a matar, robar y destruir. Pero Jesucristo ha venido para que tengamos vida, y la tengamos en abundancia, y en El sabemos que ahora nosotros somos de Dios, y ya no andamos a merced del enemigo. Jesucristo nos ha sacado de las tinieblas a su luz admirable. La maldad en esta tierra no terminará hasta que el Reino de Dios sea establecido, por eso Jesus nos enseño a orar al Padre: “Vénganos Tu Reino”, un Reino en donde Jesucristo es el Rey y el reina en cada uno de los corazones. Un reino en donde podamos reconocer que EL ES el Señor y vivir bajo su Señorío, y dejar de seguir a nuestro terco corazón egoísta y orgulloso. Es hasta que sentemos a Cristo en el trono de nuestro corazón, y el sea el Rey, que este mundo podrá cambiar. Solamente Cristo puede transformar el corazón y la vida de las personas. No serán nuestras autoridades, en quienes estamos esperando, las que traerán la convicción de lo que esta bien y mal, sino el Espíritu Santo de Dios quien puede traer convicción de pecado, llevando a la persona al arrepentimiento, y a experimentar una nueva vida de bendición, que es lo que Jesus ha venido a darnos.
A Dios nada de esto que esta sucediendo en nuestra ciudad y en el mundo en general, le esta pasando por desapercibido, el sabe la maldad en el corazón, el sabe que un corazón sin Cristo es capaz de hacer las peores atrocidades, El mismo lo experimentó en carne propia. El sabe…., El sabe la cantidad de personas justas que mueren por causa de homicidas, pero el hará justicia. Dios es un Dios de misericordia para todo aquel que se arrepiente y abandona su pecado; pero también es un Dios que derrama su ira sobre el impío. Dios es justo.
Dios destruyó la tierra en el diluvio salvando solamente a ocho personas (la familia de Noe, un hombre justo delante de Dios), Dios destruyó también a Sodoma y Gomorra por tanta maldad y perversión sexual, salvando solamente a la familia de Lot, Dios envió a Job a predicar arrepentimiento en Nínive para que no fuera destruído, y envió a Jeremías a Su Pueblo para que les explicara que así como el alfarero puede romper la vasija y hacerla de nuevo, El también destruirá a Su Pueblo si no nos arrepentimos y nos volvemos de los malos caminos para buscarlo y seguirlo a Él. Jesucristo viene pronto por Su Iglesia, y Dios sigue hablando HOY por medio de Su Palabra, Jesucristo. Así como Dios salvó a ocho personas por medio del Arca de Salvación que Noe construyó, asi Salvará a los que se suben al Arca del Nuevo Pacto, Jesucristo.
Dios espera que nadie se pierda….
9El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
11Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad,
12esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!
13Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia. 2 Pedro 3:9-13
Es tiempo de obedecer la gran comisión que Dios nos dejó a sus discípulos,
[15Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.16El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. Marcos 16:15]
y ver como nuestra ciudad y país pueden ser transformados por el poder de Su Palabra y de su Espíritu Santo. Hagamos cada quien lo que nos corresponde, y Dios ha prometido hacer lo demás, trayendo bendición sobre nuestra vida hasta que sobreabunde, independientemente del mundo en el que hoy estamos viviendo.
Les dejo un ejemplo de lo que Dios hizo en Almolonga, un pueblo en Guatamala …
Almolonga, pueblo bendecido por Dios
muy bueno