Por Ani Garza T
Agosto 28, 2011
“¿Sabes a donde vas?” fue el último mensaje que vimos. Y aunque hay muchas opiniones de donde irá la gente cuando muera, Dios es el que tiene la Palabra Verdadera.
Podemos discutir de que es lo que piensa cada quién o lo que dicen las diferentes religiones o filosofías; pero en el lecho de muerte, lo único que importará, es lo que Dios dice.
He escuchado a muchas personas decir que el infierno no existe, así lo creía yo antes de conocer a Cristo. Algunos dicen que el cielo o infierno es el que cada quien “se crea” según la forma en que vive la vida mientras estamos en la tierra. Muchas filosofías, sobre todo la nueva era, enseña esta mentira, llevando a cabo el plan del enemigo, apartarnos del Dios verdadero.
Veamos lo que Dios nos enseña en este pasaje que muchos ya conocemos, en
Lucas 16:19-31.
19Había cierto hombre rico que se vestía de púrpura y lino fino, celebrando cada día fiestas con esplendidez.
20Y un pobre llamado Lázaro yacía a su puerta cubierto de llagas,
21ansiando saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; además, hasta los perros venían y le lamían las llagas.
22Y sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.
Los dos hombres, sin importar su estatus social, edad o religión: murieron.
23En el Hades (el rico) alzó sus ojos, estando en tormentos, y vió a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno.
24Y gritando, dijo: «Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, pues estoy en agonía en esta llama.»
Aquí podemos ver con claridad la desesperación del hombre rico estando en agonía en una llama de fuego, deseaba refrescar aunque fuera un poco su lengua en agua. Y por el otro lado, vemos que el pobre Lázaro, a quién Jesus conocía por nombre, se encontraba en el seno de Abraham.
25Pero Abraham le dijo: «Hijo, recuerda que durante tu vida recibiste tus bienes, y Lázaro, igualmente, males; pero ahora él es consolado aquí, y tú estás en agonía.
26″Y además de todo esto, hay un gran abismo puesto entre nosotros y vosotros, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros no puedan, y tampoco nadie pueda cruzar de allá a nosotros.»
Aquí vemos que hay un gran abismo entre estos dos lugares, en donde está el rico y sufre tormentos, y en donde está Lázaro siendo consolado. Abraham mismo le dice que no hay manera de que ninguno de los dos cruce hacia el otro lado.
Con esto, podemos entender claramente que no hay ningún lugar intermedio, como el purgatorio, en donde el alma esperará algunos días para que si otros rezan por él, pueda brincar de un lugar a otro.
Jesús, una y otra vez nos dice que es aquí en la tierra, en donde debemos recibir su regalo de Salvación para heredar la vida eterna y vivir por siempre con Él. La oportunidad de decidir ir al Cielo es ahora, y no hasta el tiempo de la muerte.
La Biblia dice que la vida eterna (Juan 17:3) comienza en el momento que conocemos al Único Dios Verdadero, y a Jesucristo (como Salvador y Señor). Y no es hasta que muramos, como muchos creen, sino HOY, que podemos saber esto.
[Estas cosas os he escrito a vosotros que CREEIS en el nombre del Hijo de Dios, para que SEPAIS que teneis vida eterna. 1 Juan 5:13]
Continuemos con el pasaje:
27Entonces él dijo: «Te ruego, pues, padre, que lo envíes a la casa de mi padre,
28pues tengo cinco hermanos, de modo que él los prevenga, para que ellos no vengan también a este lugar de tormento.»
El hombre rico, estando en desesperación, le pide a Abraham que envíe a alguien a la tierra para prevenir que sus hermanos lleguen a ese lugar de tormento. El hombre rico, hasta que muere, comprende que la “onda del infierno” si es cierto!, y que si nadie les avisa a sus hermanos de esta realidad, ellos también llegarán ahí.
29Pero Abraham dijo: «Ellos tienen a Moisés y a los profetas; que los oigan.»
Abraham le contesta: «ellos tienen a Moisés y a los profetas, LA BIBLIA!!!» Ahí pueden saber lo que Dios dice que sucederá cuando el cuerpo muere.
[Moisés fue quién escribió los primeros cinco libros de la Biblia (el pentatéuco), y los profetas hablan de parte de Dios en todos los demás libros de la Biblia. En cada libro se habla de la importancia de arrepentirse, ponerse a cuentas con Dios y recibir a Jesús como Salvador y Señor para poder heredar la vida eterna].
Pero el rico, que conocía bien a sus hermanos, que también eran incrédulos, le dijo:
30Y él dijo: «No, padre Abraham, sino que si alguno va a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.»
El rico pensaba que si alguien de los muertos resucitaba y les avisaba de que el infierno es real, entonces así creerían.
31Mas Abraham le contestó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos.»
Lucas 16:19-31
¡¡Triste, tristísimo!!!! Si las personas no creen en lo que dice Moises y los profetas en la Biblia, en donde Dios habla toda la Verdad, AÚN, que alguien se levante de los muertos para prevenirlos, tampoco creerán!
Y tan es así, que Jesús mismo se levantó de los muertos, comprobando que la Biblia ES la Palabra de Dios, El dió testimonio REAL y Verdadero cumpliendo en TODO lo que esta ahí escrito, y muchas personas siguen sin CREER!
La gente que no cree a Moises y a los profetas (Biblia), como el rico y sus hermanos, los que son incrédulos de la Palabra de Dios; que aún sabiendo que Jesús se levantó de los muertos (cumpliendo las escrituras) para darnos la vida eterna, terminarán también en el lugar de tormento.
Debemos Creer y Confiar en Dios, en SU Palabra, en lo que El ha dicho y nos ha enseñado en este pasaje escrito en el Evangelio de Lucas: de que la “onda del infierno” es cierto, así como el cielo. En este pasaje Dios nos muestra los dos lugares posibles en donde terminaremos.
Pobre hombre rico, con todo su dinero y no pudo comprar la “Salvación”… tristemente terminó su vida, y llegó a un lugar de tormento eterno.
Si no queremos terminar ahí, debemos HOY recibir el regalo de Salvación en Cristo, porque no sabremos cuando llegará el día en que nos topemos con la muerte física, y nuestra alma llegará solamente a los dos lugares posibles de los que Dios nos habla en la Biblia: el cielo o el infierno. Hoy es el día de Salvación, de ponernos a cuentas con Dios y recibir el regalo que nos da en su Hijo Jesús. Dios te bendiga.
Pingback: Cómo puedo asegurarme de que no iré al infierno cuando muera – Final trompeta
bueno amigos esto no es para que traiga controversia entre nosotros solo hay que tener el espiritu para entender lo que viene del espiritu y yo estoy de acuerdo con Lutero
Dios es perfecto, jamás hace nada mediocre, y nunca se equivoca. Esos 7 libros son bien conocidos como deuterocanónicos (fuera del canon) y no inspirados por Dios. Aunque existían esos libros, los judíos nunca los aprobaron para incluirlos en el canon, (los católicos romanos dicen que si); y solamente fueron incluídos en las Biblias católicas.
Jesus no hace mención de ninguno de esos libros en el Nuevo Testamento.
Podemos comprobar que no es inspirado por la forma en que el de Segunda de Macabeos concluye:
… Como, desde aquellos días, la ciudad ha estado en poder de los hebreos, concluire aqui mi relato. Si la narración ha sido buena y dispuesta, esto es lo que he deseado; mas si ha sido mediocre o imperfecta, es que no podía hacer mejor. Pues sabemos que el placer de los lectores depende….. 2 Macabeos 15:37-38
Y si, tiene razón, Luthero entre muchos otros, fue que conoció La Verdad, a Jesucristo, leyendo la Biblia. El fue quien valientemente confrontó las tradiciones y doctrinas católicas que contradecían la Palabra de Dios, obteniendo el «título» de protestante. Antes de conocer a Cristo en una relación personal, yo también me refería a los cristianos como protestantes.
Es aquí en la tierra donde comienza la vida eterna, cuando conocemos al único Dios Verdadero, y a Jesucristo como único y suficiente Salvador y Señor. Juan 17:3
«Y conocereis la Verdad, y la verdad os hará libres.» Juan 8:32
Suelta el manto!!
Por el contrario, si en nuestra Biblia la tenemos es porque la consideramos inspiradas por Dios. De no ser así, hace rato la habríamos sacado.
Pero le digo más. Los libros de los Macabeos, Judit, Tobías, y los otros tres forman parte de una traducción griega de las Escrituras hebreas. La traducción de los setenta o la septuaginta, como prefiera llamarla.
Esta traducción del Antiguo Testamento fue la usada por todos los cristianos hasta el siglo XVI, momento en que Lutero comenzó a sacarlas del canon de las Escrituras en atención a la sola fides, cuando alteró el pasaje de Gálatas capítulo segundo para reforzar su crítica hacia la Iglesia. Fue así que eligió una traducción que no tuviese estos siete libros, que pasaron a denominarse apócrifos, la misma traducción que eligieron un grupo de fariseos hacia finales del siglo primero de la era cristiana para diferenciarse del cristianismo naciente. En efecto, porque la Biblia de los setenta, la septuaginta o LXX fue compilada hacia el siglo III antes de Cristo, fue leída por todos los judíos (incluso por el mismo Jesús), y de ella se extraen el sesenta por ciento de los pasajes del Nuevo Testamento en que se cita el Antiguo Testamento. Fue la que usaron los primeros cristianos, del siglo I de la era cristiana (antes de que, según todos los protestantes, la Iglesia se paganizara en el siglo IV), y es la que tenía San Pablo al momento de redactar todas sus cartas. Los mismos judíos aceptan esto, y no son católicos… son judíos.
«Cuando comenzó el cristianismo a extenderse entre los pueblos, eligió la Iglesia Cristiana a la «septuaginta» como la versión oficial y sagrada de la Torá y sobre ella se forjaron los comentarios mesiánicos de los padres de la Iglesia, por eso rechazaron los Sabios de Israel esa traducción.» (AMINOAH, Noaj y NITZAN, Yosef. Torá: la tradición oral, Organización Sionista Mundial, Israel, 1987, p. 23)
Y es esa misma traducción (la que eligieron los judíos) la que decidió usar Lutero y que actualmente usan todos los hermanos protestantes.
De hecho, si los primeros cristianos usaban la septuaginta, también es esta la que usaba Pablo al escribir. Con lo que deberíamos tomar de otro modo el pasaje de segunda de Timoteo tres, versículo dieciseis: «Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar, rebatir, corregir y guiar en ‘el bien’ (la justicia)».
La septuaginta contenía esos siete libros que usted ha llamado de forma tan despectiva los apócrifos: Sabiduría, Eclesiástico, Primero y Segundo Libro de los Macabeos, Judit, Tobías, Baruc y los suplementos griegos de Ester y Daniel.
Y me da pena que considere que en estos libros no están inspirados por el Espíritu Santo de Dios. Al leer ellos y profundizar ondamente, no dejo de encontrar perlas de riqueza y sabiduría que sólo Dios puede revelar a los hombres. ¿Inconstancia con el resto de la Palabra? ¿Cosas que no están acordes? En ellos se percibe en todo momento las enseñanzas del Maestro: la humildad de corazón, la constancia y perseverancia en las sendas del Señor, el confiar siempre en Dios, el hacer siempre su Santa Voluntad, tanto positiva como permitiva, el obrar de acuerdo a los mandamientos que nos han sido dados, el ser fieles hasta el final, hasta incluso llegar a la burla, la humillación y el ridículo, hasta la misma muerte por causa de mantenernos firmes en lo que se nos ha enseñado. Digo más, creo que aquí, en estos siete libros, comienza a atisvarse por vez primera el mensaje del Evangelio, sobre todo en la constancia, la perseverancia en la fe y la misericordia de Dios.
Por eso, juzgo que el libro de los Macabeos encierra tanta verdad y es tan inspirado por Dios como lo son todos los demás libros de la Santa Biblia.
Bendiciones.
Nicolás, gracias por sus aportaciones en este foro. El libro de Macabeos, es uno de los 7 libros del antiguo testamento que se consideran apócrifos o deuterocanónicos (fuera del canon). Quiere decir que no se consideran inspirados por Dios debido a que no cumplen con ciertas normas y no concuerdan con los demás libros de la Biblia. Solamente se encuentran en las Biblia católicas, los teólogos católicos estan de acuerdo y consideran que esos libros no son Inspirados por Dios. El mismo autor del libro de Macabeos lo considera así. Es importante comprender que solamente aqui en la tierra es cuando tendremos la oportunidad de recibir o rechazar a Jesus, si estamos esperando a morir, será demasiado tarde.
Discrepo alegremente. El Purgatorio es algo bíblico. Jesús mismo habla de que algunos pecados pueden ser perdonados después de la muerte, y a este estado del alma, que ya está salvado, pero que nececita purificarse, se le denomina Purgatorio, en que el alma expía los pecados beniales que pudieron quedar después de morir y entra a luego a la Patria Celestial. Pero dejemos que hable la Palabra de Dios, que hable el mismo Jesucristo.
Segundo libro de los Macabeos, capítulo doce, versículos del cuarenta al cuarenta y cinco:
40 Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohíbe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído.
41 Todos bendijeron el proceder del Señor, el justo Juez, que pone de manifiesto las cosas ocultas,
42 e hicieron rogativas pidiendo que el pecado cometido quedara completamente borrado. El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado.
43 Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalén para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. El realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección,
44 porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos.
45 Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.
Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo, capítulo doce, versículos treinta y uno y treinta y dos:
31 Por eso les digo que todo pecado o blasfemia se les perdonará a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.
32 Al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el futuro.
La primera lectura queda más que clara, así que no creo necesario explicarla. Pero de la segunda podemos extraer que:
a) Los pecados de los hombres pueden ser y son perdonados.
b) Quien hable contra el Hijo de Dios podrá ser perdonado.
c) Quien hable contra el Espíritu Santo no será perdonado ni en esta vida ni en la siguiente.
Podemos extraer más conclusiones de las anteriores:
c) Si decimos que el pecado contra el Espíritu Santo no podrá ser perdonado en esta vida o la siguiente, y si sabemos que sólo tenemos dos vidas (la terrenal, que es antesala de la vida eterna, y la vida eterna y perdurable, a la que estamos llamados), concluimos que hay pecados que sí podrán ser perdonados (tanto en esta vida como en la vida eterna).
a) Como los pecados pueden ser perdonados, absolutamente todos en esta vida y sólo los beniales en la vida eterna, con el fin de que las personas que han muerto en amistad y en gracia de Dios terminan de ser purificados para alcanzar la santidad necesaria para entrar definitivamente al Reino de los Cielos, el Purgatorio no es contrario a la Palabra de Dios. De hecho, las almas que están en el Purgatorio ya son almas salvadas, son almas que se encaminan al Cielo, pero que necesitan perfeccionar su purificación para gozar del Cielo.
El Señor nos bendiga y nos guarde. Haga brillar su Rostro sobre nosotros y se apiade de nosotros. El Señor nos bendiga y nos conceda la paz.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Mi apreciable amigo: veo que tienes mucho conocimiento sobre doctrina católica y tienes muchos argumentos para afirmar tu postura. Así hay también muchos cristianos evangélicos que tienen sus propias posturas doctrinales y argumentos para discutir contigo. Creo que lo más importante de todo esto es «NACER DE NUEVO» (Juan 3:5). Al nacer de nuevo el Espíritu Santo viene a vivir en el centro de tu ser, en tu espíritu. Esto es lo que te hace hijo de Dios. El Espíritu mismo es el que te llevará de la mano para abrir tus ojos y llevarte al entendimiento de la verdad (Romanos 8:16 y 26; Juan 16:13). Podemos discutir y presentar todos los argumentos posibles para sostener una doctrina, pero ¿de qué servirá si al final pasaremos en el infierno por toda la eternidad? Hay una verdad terrible: en el infierno hay miles y miles de almas que cuando vivían en esta tierra estaban tan seguros de que estaban calificados para pasar la eternidad en el cielo. Jamás se imaginaron su actual condición. Estos mismos se levantarán en el juicio final (Apocalipsis 20:13 y 15), solo para mostrarles con los mismos argumentos que ellos acostumbraban a usar que no se encuentran en el libro de la vida. LA CLAVE ENTONCES NO SON LOS ARGUMENTOS, LA CLAVE ES «NACER DE NUEVO».
checalo hermano
muy bueno chequenlo