Por Ana Maria GT
Agosto 9, 2011
Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor.
Jeremias 17:7
Creo que mas claro que esto, no se puede poner. Cuando estas pasando por alguna dificultad, en donde es donde tienes puesta tu confianza? Si amamos a Dios, debemos de tener la certeza de que todo lo que Dios permite, obrará para bien.
Dios tiene la manera de hacerlo suceder, y el nos ha dado una promesa, la cual cumplirá. Hay veces que tenemos que esperar, aprender a confiar en que Dios tiene su tiempo y el esta obrando. No impidamos que Dios haga la obra que quiere hacer, en nosotros y/o en los demás.
Quizá te a pasado de que tienes algún problema o diferencia con alguien, ya sea un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, etc. Por alguna razón se molestaron y cuando tu estas orando, Dios te recuerda el siguiente pasaje:
Por tanto, si estas presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mateo 5:23
Esto hace que te sientas muy incómodo y con ganas de correr a reconciliarte con esa persona con la que tienes la diferencia. No quieres que Dios deje de escuchar tus oraciones o el servicio que estas haciendo para Él, o la ofrenda de alabanza que estas levantando. Dios te recuerda el pasaje, y lo primero que haces es pedirle perdón al Señor por no estar en paz con alguien. Desde ese momento Dios ve nuestro corazón, y El sabe por lo que estamos pasando, El nos perdona. Aún así, sentimos que debemos reconciliarnos inmediatamente con la persona, la traemos a nuestra mente y pensamos en cual sería la mejor forma para poder reconciliarnos.
Quizá pudiera ser por medio de una palabra, acción, servicio, cariño, detalle, etc. Intentamos de alguna manera (darle la mano a nuestro cónyuge pero la quita, un abrazo a nuestro hijo pero nos rechaza, nuestra amiga nos saca la vuelta, no les interesa hablar, etc.), parece que no funciona, y la persona se cierra aún mas. Es como si el acercamiento de nuestra parte, en vez de ayudar a la reconciliación produjera mas molestia en la otra persona y por consecuencia mas alejamiento. Seguimos sintiendo la carga de reconciliarnos, para que nuestras oraciones y relación con Dios no sea estorbada. Al intentar reconciliarnos o querer hacer las paces, resulta que hasta le caemos mal a la persona porque piensa que lo que queremos es tener el control de la situación y arreglar en el tiempo que nosotros queramos, y hasta se sienten quizá manipulados. Y en vez de recibir la reconciliación, recibimos su rechazo. Reciben una señal totalmente contraria a lo que nosotros queremos hacer. Te ha pasado eso con alguien? O le ha pasado a alguien contigo?
Pero tenemos una promesa de Dios, que para los que lo amamos todo obrará para bien. Y las promesas de Dios no son “a ver si”, sino que son SI y Amén. Solo nos queda creerlas.
20Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí; por eso también por medio de El, Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros.
21Ahora bien, el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.
2 Corintios 1:20-22
El nos puso un sello, y nos dejó el Espiritu Santo como garantía de que somos guiados a Su Palabra y a la Verdad, por eso tenemos la certeza de que podemos confiar en que el es fiel a sus promesas. Y cuando Dios nos pide que nos reconciliemos con otros, debemos obedecerlo, y no es porque seamos los que queramos tener el control de la situación o la persona, sino que queremos hacer las cosas bien, lo que Dios nos pide y le agrada.
24No es que queramos tener control de vuestra fe, sino que somos colaboradores con vosotros para vuestro gozo; porque en la fe permaneceis firmes. 2 Corintios 1:24
Debemos saber que somos un equipo, colaborando con Dios, no se trata de quien tiene el control, porque estamos del mismo lado. Es la fe en el poder de Dios en donde podemos mantenernos firmes sin derrumbarnos cuando los demás no responden. Por eso, si estas pasando alguna situación difícil con alguien, en donde tu ya hiciste tu parte, permite que el Señor haga la obra.
Si a pesar de que buscamos la reconciliación, nos arrepentimos y ya pedimos perdón, y a la otra persona no le interesa, que dice Dios que debemos hacer? Una reacción común que puede venir a nuestra mente, es la de tomar venganza, y empezar a reaccionar como la otra persona lo hace. Otra cosa que podemos hacer, es darnos por vencidos y mandar la situación a la porra, como dicen algunos. Pero es esto lo que Dios quiere que hagamos? El enemigo si, porque a eso es a lo que él ha venido; a robar, matar y destruir la obra de Dios. Pero Cristo ha venido a darnos vida en abundancia, y el espera que sus hijos busquemos la paz con todos, confiando en El.
Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor.
Jeremias 17:7
No somos nosotros los que los haremos cambiar de opinión para que decidan reconciliarse. No debemos ni siquiera confiar que ellos mismos lo quieran hacer. Dios también es muy claro, cuando ponemos la confianza en alguien o algo mas que no sea Él.
5Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía,
y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón.
Jeremias 17:5
Cuando creemos que podemos confiar mas en lo que nosotros o otros pueden hacer, y dejamos de confiar en el Señor, pasamos a hacer malditos para Dios. Dios quiere que dejemos de poner nuestra confianza en lo que nosotros podemos lograr, porque la verdad es que no podemos hacer NADA cuando los demás no están dispuestos. Pero Dios si, Dios puede hacer mucho mas que nosotros y tratar o disciplinar a esa persona, de acuerdo a su perfecta voluntad. Y muchas veces nos pedirá que esperemos y confiemos en El. El trato será entre Dios y la persona.
Dios nos ama demasiado, por eso El nos dice que le llevemos nuestras cargas, y si una relación no esta funcionando como quisieras, déjemosla al Señor. Jesús comprende bien estas situaciones, sabe del dolor, de las ofensas y del rechazo, sabe bien por lo que pasamos. El también sabe de nuestras imperfecciones para tratar a los demás, y después recibir lo que merecemos o mayor daño. Jesus era perfecto, y aún así recibió el maltrato de Judas, Pedro y Tomás. Tres de sus doce discípulos trataron mal a Jesus y el si que no tenía ninguna razón para ser maltratado, traicionado, rechazado y abandonado.
Dios no quiere que nos afanemos por eso ni por nada:
6Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
7Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7
Lo que si debemos hacer es orar y bendecir a la otra persona, darle el espacio y tiempo que necesita, seguir siendo “amables”, pagando bien por mal y jamás tomando venganza. Esperar en El Señor y el cumplirá su propósito perfecto al permitir que se den ciertas situaciones interpersonales. Mientras tanto busquemos la paz con todos,
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Mateo 5:9
pero si los demás no responden en nuestro tiempo, dejemos que sea Dios y no nosotros, quien trate con ellos de una forma personal.
No pongamos nuestra confianza en nadie mas, porque seguro seremos defraudados, y menos en nuestra capacidad para intentar que otros cambien. El único que realmente puede obrar un cambio verdadero, en el corazón de las personas es Jesucristo, Su Espiritu Santo trayendo convicción de lo que esta bien y mal a las vidas de las personas. Permitamos que su Espiritu Santo nos guíe a lo que nosotros debemos hacer, y también que trate con la otra persona.
Descansemos en el Señor, confíemos en Él, y permitamos que sigamos siendo moldeados en ese vaso útil que El quiere utilizar. El es el alfarero, nosotros el barro…. El va a perfeccionar la obra que ha iniciado en nosotros. No nos preocupemos cuando no entendemos bien la situación o el actuar de otros, ni nos confiemos de lo que creemos podemos entender, solamente confiemos en que el Señor tiene un plan perfecto y el enderezará lo que se tenga que enderezar.
5Confía en el SEÑOR con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. 6Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.
7No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
Proverbios 3:5-7