En el libro de Jeremías, Dios nos advierte sobre el juicio que viene sobre las naciones cuyos líderes y habitantes participan en prácticas que son abominación para Él. Estas incluyen la invocación a los muertos o ancestros, la invocación de demonios (como el ometeotl), rituales oscuros y limpias que invocan a espíritus malignos.
El profeta Jeremías fue enviado a proclamar la justicia y el juicio divino, advirtiendo a Israel y a otras naciones de que tales acciones los separarían del único Dios verdadero.
Dios Condena la Idolatría y la Invocación a espíritus malignos
El pueblo de Israel había caído en la trampa de seguir a líderes que se entregaban a la idolatría y a prácticas que involucraban la consulta de muertos y otros rituales paganos. Jeremías dejó claro que estas acciones eran una grave ofensa para Dios. El profeta declara:
«Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, amansillándola» Jeremías 7:30
Aquí, el Señor llama «abominaciones» a estos rituales paganos que, incluso, eran realizados dentro del templo de Dios. Esto muestra hasta qué punto el corazón del pueblo había sido desviado hacia lo que es repugnante a los ojos de Dios.
El Juicio por la Práctica de la Hechicería y la Invocación a los Muertos
Dios es muy claro en cuanto a su rechazo a la práctica de consultar a los muertos o espíritus. Aquí leemos su advertencia:
«Pero vosotros no escuchéis a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores que os hablan diciendo: ‘No serviréis al rey de Babilonia’. Porque mentira os profetizan, para alejaros de vuestra tierra; y para que yo os arroje, y perezcáis»
Jeremías 27:9-10
Aquí, el Señor nos muestra cómo estos líderes falsos engañan al pueblo con falsas promesas, llevándolos al engaño y la destrucción. Aquellos que confían en la brujería, las limpias y la invocación de espíritus están caminando por un camino de muerte y separación de Dios. No solamente los que las hacen, sino también quienes participan en la aprobación de las mismas.
Abominación ante los Ojos de Dios
El juicio de Dios es inminente para aquellos que participan en estas prácticas. Jeremías profetiza contra los líderes y naciones que se involucran en rituales que invocan espíritus y demonios:
«No me escucharon ni inclinaron su oído, sino que anduvieron en la dureza de su corazón, e hicieron peor que sus padres. Por tanto, les echaré fuera de esta tierra a una tierra que ni ellos ni sus padres han conocido; y allí servirán a otros dioses día y noche, porque no tendré misericordia de ellos»
Jeremías 16:12-13
Dios deja claro que la idolatría y el culto a los demonios es una ofensa grave. Aquellos que siguen a líderes que los guían por estos caminos enfrentarán la ira y el juicio del Señor. Incluso, el ser cómplice de tales prácticas al apoyarlas o participar pasivamente es igualmente una abominación.
No seguiréis a otros dioses, a ninguno de los dioses de los pueblos que os rodean, porque el Señor tu Dios en medio de ti es Dios celoso; no sea que se encienda la ira del Señor tu Dios contra ti y Él te borre de la faz de la tierra.
Deuteronomio 6:14-15
Dios Trae Libertad y Perdón a los que se Arrepienten
A pesar de este juicio, el mensaje de Dios siempre trae esperanza para aquellos que se arrepienten. Jeremías también habla de un tiempo de restauración para aquellos que vuelven su corazón a Dios:
«Y me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón»
Jeremías 29:13
Dios siempre está dispuesto a perdonar a aquellos que se apartan de sus malos caminos o manera de vivir, quienes abandonan la idolatría y buscan Su rostro. No importa cuán profundamente haya caído una nación o un individuo en prácticas paganas, Dios promete restauración para aquellos que se arrepienten y vuelven a Él.
El mensaje de Jeremías es claro: Dios no tolera que las naciones o los individuos se involucren en prácticas paganas que invocan a espíritus malignos o buscan poder a través de rituales oscuros. Esto es una abominación ante Sus ojos. Hoy, más que nunca, debemos estar alertas y alejarnos de cualquier influencia que promueva estas prácticas.
Dios trae juicio, pero también misericordia para aquellos que se arrepienten de todo corazón y buscan Su perdón. Él está dispuesto a restaurar a quienes abandonan la oscuridad y caminan en Su luz. Que cada uno de nosotros busque discernimiento espiritual para alejarse de estas prácticas abominables y seguir al único Dios verdadero, Jesucristo.
Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T