¿Has Sentido que el Espíritu se ha Retirado?

 
 
   

Jueces 16:20

¿Recuerdan a Saúl? Un hombre ungido por Dios para liderar a Israel. Sin embargo, su corazón se endureció, desobedeció los mandamientos divinos y fue desechado. Su historia nos sirve como un espejo para examinar nuestras propias vidas. ¿Hemos experimentado momentos en los que hemos sentido que el Espíritu Santo se ha apartado de nosotros, como sucedió también con Sansón? ¿Recuerdas esta historia?

Ella entonces dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima!» Y él despertó de su sueño, y dijo: «Saldré como las otras veces y escaparé.» Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de él.
Jueces 16:20

Sansón ni siquiera se había dado cuenta de que Dios ya no estaba con él! Ahora se encontraba solo, luchando contra  los enemigos. Y cuando El Señor se apartó de él se volvió ciego, literalmente se quedó ciego!  Dejo de ver la evidencia que otros veían, para ver «otros datos».

Los filisteos lo prendieron y le sacaron los ojos; y llevándolo a Gaza, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino en la prisión.
Jueces 16:21

Este versículo es el momento de la historia de Sansón, donde experimenta las consecuencias de su desobediencia y confianza en sí mismo. Después de que Dalila lo traiciona cortándole el cabello, fuente de su fuerza sobrehumana, los filisteos lo capturan y lo dejan ciego. Esta acción simboliza su pérdida de poder y su humillación total.

La historia de Sansón nos sirve como un espejo para reflexionar sobre la ceguera espiritual que a veces puede nublar nuestro juicio. Al igual que Sansón, muchos creyentes se encuentran cegados por la admiración hacia líderes carismáticos o por el apego a tradiciones humanas, llegando a defender fervientemente enseñanzas que contradicen la clara Palabra de Dios.
La ceguera espiritual puede llevarnos a justificar lo injustificable y a apoyar lo que sabemos que está mal; tal como Sansón confió en su propia fuerza y Dalila (quien lo traicionó), en lugar de en la guía de Dios. Es fundamental que como creyentes estemos dispuestos a someter cualquier enseñanza o liderazgo a la luz de las Escrituras, y a rechazar todo lo que no se conforme a la verdad de Dios.

Tanto Sansón como algunos creyentes pueden ser cegados por sus emociones, admiración o apego a ciertas personas o ideas.
Debemos entender que La Biblia es nuestra única fuente de autoridad y debe ser el estándar por el cual juzgamos todas las enseñanzas y líderes.
Seguir y apoyar a líderes falsos puede llevarnos a alejarnos de Dios y a sufrir consecuencias no solo políticas, sino espirituales.

¿Hemos defendido a líderes y enseñanzas que contradicen la Palabra de Dios?»

La Biblia está llena de ejemplos de reyes y líderes que, a pesar de su poder y posición, cayeron en pecado. Salomón, el hombre más sabio que jamás ha vivido, se apartó de Dios y su reino se dividió. David, el hombre según el corazón de Dios, cometió adulterio y asesinato. Estos relatos nos muestran que nadie está exento de caer, ni siquiera aquellos que han sido ungidos por el Espíritu Santo.

Sin embargo, Dios permite estas caídas por razones profundas. A menudo, estas sirven como correctivos para el pueblo de Dios, revelando la fragilidad de la naturaleza humana y la necesidad constante de su gracia. Otro ejemplo: ¿Por qué Dios levantaría a Faraón, hombre malvado?

Porque las Escrituras dicen a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.
Romanos 9:17

A veces, Dios permite que el mal prospere temporalmente para mostrar su poder y justicia.

¿Por qué defendemos lo indefendible?

Cuando nos encontramos defendiendo a líderes o enseñanzas que claramente contradicen la Palabra de Dios, debemos preguntarnos: ¿Por qué lo hacemos? ¿Qué nos lleva a justificar el pecado y a rechazar la verdad? La respuesta puede ser dolorosa, pero es importante enfrentarla: El Espíritu Santo se ha contristado.

Hebreos 3:7-8 nos advierte: “Por tanto, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, donde vuestros padres me tentaron, me probaron, aunque vieron mis obras cuarenta años”. Cuando rechazamos la convicción del Espíritu Santo, estamos endureciendo nuestros corazones y haciéndonos insensibles a su voz.

¿Cuántos líderes falsos se han levantado, engañando a muchos e incluso citado la Biblia? Se levantan con la bandera de «salvadores del mundo» declarando: «primero los pobres» pero su corazón realmente es perverso. Y engañan a muchos, aún a los escogidos. Judas es otro ejemplo claro de su perversidad, que por una cuantas monedas traicionó a su amigo.

Creer en estos líderes, como bien lo decía una española: «encantadores de serpientes» es un verdadero peligro para los creyentes. 2 Pedro 2:1-3 nos advierte sobre falsos maestros que introducirán herejías destructivas y que muchos serán engañados por ellos.

Una vez que ponemos la confianza en estos falsos líderes, lo siguiente es: alejarnos de la comunidad de creyentes y unirnos a grupos que promueven enseñanzas falsas, sin ni siquiera darnos cuenta, nos exponemos a un gran peligro espiritual. Satanás es un maestro del engaño y buscará cualquier oportunidad para apartarnos de Dios.

¿Conoces a algún siervo del señor que llevó a muchos a los pies de Cristo y ahora se esconde de ellos para no escuchar la Verdad?

Quizá tu fuiste un enamorado del Señor, llevaste a muchos a los pies de Cristo, pero hoy te encuentras defendiendo lo indefendible y ya ni siquiera te congregas porque prefieres no enfrentarte con la verdad.

Una vez más… es tiempo de hacer un examen de conciencia. ¿Estamos permitiendo que el enemigo siembre discordia en nuestras vidas? ¿Estamos permitiendo que nuestros corazones se endurezcan ante la verdad? ¿Preferimos defender y justificar lo indefendible antes de reconocer que nos equivocamos?

Por eso dice: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.”
Santiago 4:6

Quizá te encuentres como Saúl o Sansón, habiendo sido ungidos con el Espíritu Santo, y hoy ya el Señor se apartó de ti, y ni cuenta te has dado.  Ya no sientes que necesitas una relación con Él, ya no te congregas, no lo alabas, no lo buscas, ni compartes de Su Palabra.

Quizá crees que sigues estando firme en la Palabra de Dios, pero ya el Espíritu Santo ya no mora en ti, ya no te guía a la Verdad de Su Palabra.
Debemos comprender que La Palabra de Dios es nuestra única guía segura. Debemos aferrarnos a ella con todas nuestras fuerzas y rechazar cualquier enseñanza que la contradiga.

Regresemos a la congregación donde nacimos! Allí encontraremos la sana doctrina, el compañerismo y el apoyo que necesitamos para crecer en nuestra fe. No permitamos que el enemigo nos robe la paz y la alegría que encontramos en Cristo.

Medita en esto… porque los enemigos llegarán, te engañarán, recuerda que el diablo anda como león rugiente viendo a quien devorar, y ¿si el Señor ya no está contigo?

Ella entonces dijo: «¡Sansón, los filisteos se te echan encima!» Y él despertó de su sueño, y dijo: «Saldré como las otras veces y escaparé.» Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de él.
Jueces 16:20

Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T

Facebook Comments

CLIC AQUI PARA DESCARGAR EL MENSAJE

Esta entrada ha sido publicada en Engaño espiritual, Uncategorized, Vida Espiritual y etiquetada como , , , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *