El rol del Espíritu Santo y el Discernimiento

 
 
   

Hebreos 12.2

En el mensaje de hoy, deseo compartir con respeto, la verdad que surge de la fuente de toda bondad y sabiduría: el Dios eterno, quien nos ha creado con amor incondicional y nos guía con su infinita gracia.

En estos tiempos de confusión espiritual, es importante recordar que hay un solo Dios verdadero, el mismo que se revela a través de las páginas de la Biblia. Él es el Creador del cielo y de la tierra, de todo cuanto existe, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo que obra en nuestros corazones.

Es comprensible que en la búsqueda de respuestas y significado, algunas personas se sientan atraídas por prácticas como la canalización de luces o la creación de un dios a su medida. Sin embargo, es fundamental discernir entre la verdadera luz y las falsas ilusiones.

La Palabra de Dios nos advierte sobre los peligros de seguir enseñanzas falsas y de buscar revelaciones en lugares equivocados. Jesús mismo nos dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Él es la única Luz Verdadera que puede iluminar nuestro camino y traer verdadera paz a nuestros corazones.

Entonces Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Porque el que anda en tinieblas no sabe para donde va.
Juan 8:12

Es el Espíritu Santo, enviado por Dios, quien nos guía a toda verdad.

«Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne es de Dios»
1 Juan 4:1-2

Es esencial que pongamos a prueba todo lo espiritual, comparándolo con la verdad de la Palabra de Dios. El Espíritu Santo nos da discernimiento para reconocer lo que proviene de Dios y lo que no. No debemos ser engañados por enseñanzas que contradicen la Palabra de Dios, sino que debemos aferrarnos firmemente a ella como nuestra guía segura.

Es esencial reconocer la importancia de discernir entre aquellos que hablan de lo «espiritual» pero omiten la centralidad de Jesucristo en sus vidas. En la Biblia, el Dios verdadero se revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo, una Trinidad indivisible y eterna. La Palabra de Dios nos enseña que Jesucristo es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), y que nadie viene al Padre sino por Él.
Por lo tanto, cualquier enseñanza que intente separar a Jesucristo de la experiencia espiritual está en contradicción con la verdad revelada en la Biblia. Este principio no pertenece a ninguna religión en particular, sino que es la esencia misma de la fe cristiana, basada en la Palabra de Dios. Reconocer y afirmar la centralidad de Jesucristo en nuestras vidas es fundamental para una fe auténtica y para experimentar una verdadera relación con el Dios vivo y verdadero.

Si decimos que tenemos fe, ya sea poca o mucha, lo más importante es que esté puesta en quien la inventó.

«poniendo los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.»
Hebreos 12:2

Además, es importante recordar que los dones espirituales no provienen de nuestras propias habilidades o esfuerzos, sino que son otorgados por el Espíritu Santo según su voluntad. Sí Él no los reparte, no podremos encontrarlos dentro de nosotros mismos.
En 1 Corintios 12:4-11, la Palabra de Dios nos enseña sobre estos dones y cómo son distribuidos por el Espíritu Santo.

«Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de actividades, pero Dios, que obra todo en todos, es el mismo. Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.
Porque a uno le es dada palabra de sabiduría por el Espíritu, y a otro palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; a otro fe por el mismo Espíritu, y a otro dones de sanidad por el único Espíritu; y a otro operaciones de milagros, y a otro profecía, y a otro discernimiento de espíritus; a otro diversos tipos de lenguas, y a otro interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las obra uno y el mismo Espíritu, distribuyendo a cada uno individualmente como quiere.»

1 Corintios 12:4-11

Hoy te  animo a abrir tu corazón a la verdad de Dios y a recibir a Jesús como tu único y suficiente Salvador y Señor. Él sigue tocando a la puerta de nuestros corazones, ofreciendo amor, perdón y vida eterna. Que podamos encontrar en Él la verdadera luz y el camino hacia la plenitud de vida que anhelamos. Es por medio de leer y meditar en la Biblia que podemos conocer al Único Dios Verdadero.

Lee tu Biblia.

Por tu Encuentro con Jesús,
-Ani Garza T

Facebook Comments

CLIC AQUI PARA DESCARGAR EL MENSAJE

Esta entrada fue publicada en Vida Espiritual. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *