Mi pueblo perece
por falta de conocimiento;
y como tú rechazaste el conocimiento,
yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio;
por haber olvidado la ley de tu Dios,
también yo me olvidaré de tus hijos.
Oseas 4:6
Dios está dando esta Palabra a su Pueblo; sabemos que los que creemos en Cristo, ahora también hemos pasado a ser Pueblo de Dios.
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Gálatas 3:28
Una vez que El Señor nos ha llamado de las tinieblas a su luz, y hemos decidido seguirlo, pasamos a ser Su Pueblo.
9 Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 pues vosotros en otro tiempo no erais pueblo, pero ahora sois el pueblo de Dios; no habíais recibido misericordia, pero ahora habéis recibido misericordia.
1 Pedro 2:9-10
Lo que me llama la atención del pasaje de Oseas, es que Dios no está hablando a cualquier persona y menos a los incrédulos, sino a Su Pueblo.
Y ahora que se acercan las elecciones, que tenemos la oportunidad de votar por el mejor candidato y dedicar un tiempo para conocerlos… nos mostramos tan apáticos para ni siquiera buscar conocer quienes son, que han hecho, y cuales son sus propuestas.
Dios desea que busquemos el conocimiento, primeramente de Él, pero también de las cosas que nos rodean, para que podamos tomar buenas decisiones.
Hoy te invito, a que si aún no conoces a los candidatos por los que has de votar; dediques un tiempo a conocerlos. Y le pidas al Señor que te dirija a votar por esa persona, un hombre de principios y que tenga un corazón sensible para buscar y escuchar la dirección de Dios para gobernar al pueblo.
El Pueblo perece por falta de conocimiento…, si por no conocer a los candidatos, votamos equivocadamente por el que anda en corrupción, sin respetar la ley, arrogancia, el que tiene tratos con el narco tráfico, anda en droga, adulterio, etc., no nos sorprendamos cuando Dios cumpla la Palabra que nos ha dado en Oseas y se olvide de nuestros hijos.
Si nosotros, por medio de nuestro voto, levantamos en autoridad a un hombre corrupto que ha perdido los principios del Señor, no nos sorprenda cuando nuestros hijos imiten la conducta de esas autoridades a quienes nosotros hemos elegido.
Si no sabes por quién votar; pídele sabiduría a Dios.
5 Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. 6 Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor, 8 siendo hombre de doble ánimo, inestable en todos sus caminos.
Santiago 1:5-8
Y reconoce cual es el principio de la sabiduría…
7 El temor del Señor es el principio de la sabiduría;
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
Proverbios 1:7
¿Sabes qué es el temor del Señor?
El temor del Señor es aborrecer el mal.
El orgullo, la arrogancia, el mal camino
y la boca perversa, yo aborrezco.
Proverbios 8:13
Para Dios no es suficiente el simple hecho de que no consintamos o no apoyemos lo malo; sino que Él espera que aborrezcamos esas conductas. No seamos partícipes o cómplices de esa persona corrupta y arrogante, que pacta con los narcos, que engaña, que descuida a su familia, que vive en adulterio y que desea gobernar; no le des tu voto.
Ora para que El Señor tenga misericordia y lo alcance, pero mientras tanto, no seas partícipe con él.
«Padre, en el nombre de Jesús, te damos gracias porque tu sigues siendo Soberano y nuestro Rey, y hoy que se acercan las elecciones, te pedimos que nos des sabiduría para votar por ese hombre de principios, sensible a las necesidades de los demás, y sobre todo, que busca tu dirección para guiar al pueblo por el Camino en el que debe andar.
Sé Tú Señor, quien levante en autoridad a esa persona que será de bendición, no nos des conforme a lo que merecemos, sino ten misericordia una vez más de nosotros y nuestros hijos, te lo pedimos en el nombre de Jesús y deseamos que Tu Nombre, sea exaltado.
Ven Señor, a establecer tu Reino aquí en la tierra…»